La receta de Victoria de la semana pasada de tiramisú con galletas me recordó uno de mis postres favoritos, las natillas. Todos los postres que llevan galletas me encantan y este es de los que además recuerdan la infancia y los sabores de siempre. Y por si fuera poco son muy faciles de preparar.

Ponemos a calentar la leche en un cazo, separando un vaso, junto con la rama de canela y la piel de limón.  En el vaso de leche que hemos separado añadimos las yemas, el azúcar y la maizena y mezclamos bien. Una vez que la leche esté bien caliente retiramos la canela, la piel de limón y añadimos la mezcla de leche, huevos, azúcar y maizena. Colocamos de nuevo en el fuego y removemos sin parar hasta que espese. La leche no tiene que hervir en ningún momento. Cuando espese, que será en unos 5 minutos, retiramos del fuego, llenamos los cuencos, ponemos una galleta encima y dejamos enfriar. Cuando estén frías reservamos en la nevera. 

En el momento de servir puedes añadir canela en polvo.